Queridos amigos Rotarios
Termina una etapa que ha sido, sin duda, una de las más enriquecedoras de mi vida. Haber tenido el privilegio de servir como presidente de nuestro club durante este año ha sido un honor inmenso, y me marcho con el corazón lleno de gratitud, de aprendizajes y de recuerdos imborrables.
Cuando comenzamos este camino con el lema “La Magia de Rotary”, no imaginaba hasta qué punto esa magia se haría presente. Ha estado en cada sonrisa que hemos provocado, en cada proyecto que ha cobrado vida, en cada gesto desinteresado de nuestros socios. Porque Rotary es eso: personas que se unen para hacer el bien, desde la cercanía, con humildad y convicción.
Me siento profundamente orgulloso de lo que hemos logrado juntos. Desde iniciativas como “Food For All”, que nos ha permitido alimentar a miles de personas en situación de vulnerabilidad, hasta acciones como el huerto terapéutico, la gala solidaria, la cata benéfica o los proyectos con jóvenes y mayores… Cada uno de ellos ha sido posible gracias a vuestro compromiso, vuestra energía y vuestras ganas de transformar.
Gracias a cada socio, a nuestra junta, a nuestras familias y a todos los que han sumado con ilusión. También a nuestros clubes hermanos, a las empresas colaboradoras y a tantas instituciones que han confiado en nosotros. Rotary no se construye en solitario, se construye con comunidad.
Me voy sabiendo que este club queda en manos comprometidas, y que el camino que hemos recorrido juntos es solo el principio de muchos más logros por venir. Os animo a seguir cultivando esa magia, a seguir mirando al otro con empatía y a no olvidar nunca que, unidos, podemos cambiar muchas vidas.
Gracias por este año inolvidable. Gracias por vuestra amistad.
Con afecto y gratitud,
